viernes, 4 de septiembre de 2020

VENTE A MI BODA


 

<< Hermanita esta noche te quedas con los enanos... por cierto  los análisis de tu padre son la semana que viene, y ya si eso, te pasas por mi casa y me cuidas las plantas...oye dónde te has metido que esto está hecho un desastre...>>.

Palabras, frases y mensajes que oyen muchísimas mujeres en este mundo; yo les llamo “mujeres bastones”. Mujeres que cuidan de todos y casi siempre ellas son las últimas de la fila. “Mujeres invisibles”.

 Además, es el hilo rojo que utiliza la directora de la película “La Boda de Rosa”; aunque la protagonista de esta historia decide ser valiente y salir de ese personaje para comprometerse con ella misma y darle un giro a su vida gris y romper con lo que no le gusta.

 Casarse”, ¿Con quién?, se preguntan sus familiares, con ELLA, esta es la metáfora que elije para contarle a su familia, el cambio de vida y nada mejor que comprometerse con una misma, tejer sus sueños y decir “Sí quiero quererme.

Empieza por sus raíces, honrando a su madre y a sus sueños rotos, olvidados entre dedales, revistas antiguas de patrones, muchos hilos y botones de colores; al fin decide “tejer su vida de color rojo”.

Es una historia sencilla, común, dulce, sutil, divertida, pero lanza un mensaje de calado más profundo. Es la vida de Marta, de Remedios, de Dolores...Ana, María, Carmen, Esperanza y tal vez de alguna Violeta, mujeres que son el corazón de las familias y del grupo de amigos. A ellas casi nunca se les preguntan si están bien.

¿Casarse con una misma? Es una locura, de hecho, eso lo puedes pensar, pero si lo reflexionas es un compromiso, es ser leal a tu verdadero yo. Es volver al inicio de todo y decidir que te hace feliz y estar en paz contigo misma.

En una hora y media aproximadamente la cinta nos ofrece la oportunidad para reflexionar y ver donde están nuestros sueños de infancia, arrugados, rotos; y si están guardados en un cajón o el costurero de la abuela o tal vez en el contenedor azul.

Maravilloso oficio el de “costurera”, coser, tejer, vestir, diseñar, soñar con colores, formas, texturas, telas, hilos de sedas y hacer el mejor vestido de novia.

“A veces las maestras nos parecemos a las modistas, tejemos sueños y ayudamos a otros a tejer los suyos”.

Vayan al cine, cambien de energía al ver películas y escenarios que nos invitan a sacar lo mejor de nosotros mismos. En estos tiempos es imprescindible soñar.

 Para terminar esta reflexión, te invito a mi boda, estos serán algunos de mis votos:

 ¡Me comprometo a respetarme a mí misma, me comprometo a no abandonarme y renuncio a cubrir las expectativas de los demás!

                                      

                 ¿Y tú te atreves a ser feliz?

 

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